martes, 31 de mayo de 2011

La eterna sinfonía

La delicada melodía sonaba sin cesar. Me costó reconocerla debido a que la oía en la lejanía. Al principio, fui andando en dirección a la música, suaves pero sentimentales notas de un piano, sin duda era Para Elisa, del gran Beethoven. Canción eterna que me producía nostalgia y melancolía en mi interior. La suave marcha hacia la música terminó convirtiéndose en carrera agitada. Hasta que llegué al lugar de donde provenía el sonido. Había corrido por lo menos durante diez minutos, y mi corazón y mi mente, aunque fatigados, solo deseaban entrar en la victoriana casa que se erguía ante mí, imponente, de donde provenía la dulce música. El gran portón, de madera oscura, tenía un gran pomo en forma de clave de sol. Llamé una vez, tímido, nadie respondió. Llamé dos veces. Nada. La puerta se abrió con un quejido, perezosa. Una gran oscuridad poblaba el interior, tendría que ser una equivocación, esa casa parecía abandonada desde hacía siglos. No pude evitar deslizarme dentro, silencioso. Primero di un paso inseguro, pero tenía una corazonada. Rápidamente una seguridad interior que nunca había padecido se apoderó de todo mi ser, y comencé a andar seguro, sin rumbo, explorando cada rincón del centenario caserón. Todo estaba cerrado a cal y canto, como cabía de esperar de una casa deshabitada. Una escalinata de mármol oscurecida por el polvo y la mugre subía hasta el piso superior. Subí las escaleras casi sin pensar, un largo pasillo se abría ante mí, algo amenazador. Una vez allí recobré el sentido, y empezó a invadirme un miedo que me paralizó por completo. La melodía volvió a sonar, provenía de la última habitación del corredor. La voraz curiosidad volvió a hacer presencia y eché de nuevo a andar en aquella dirección. Llegué ante la vetusta puerta de madera blanca lacada, inconscientemente giré el pomo, que cedió con un pequeño ruido metálico. Abrí la puerta lentamente, con miedo.
Allí estaba, una gran estancia vacía con dos únicos objetos en su interior, un gran piano de cola cubierto por una lona blanca y un gran tapiz en la pared. El gran tapiz representaba a una niña de unos siete u ocho años ante un piano de cola, sonriente, en una estancia igual a la que me encontraba, la misma estancia. De repente, volviendo a la normalidad, recordé qué me había traído hasta ahí. La música. Pero, el piano no tenía pianista alguno.
Unos pequeños y acelerados pasos y una lejana risa infantil me sorprendió helándome la sangre.
Salí corriendo del lugar cerrando la puerta con un tremendo golpe, bajé las escaleras como alma que lleva el diablo y salí de allí. Respiré el aire fresco de la calle, algunas personas me miraban de soslayo, con desconfianza, pensando a saber qué.

lunes, 30 de mayo de 2011

Lo más simple

¿Qué es lo más simple de la vida que puede hacernos enormemente felices?
Hay muchas cosas fáciles en esta vida que nos pueden hacer felices,
muchas, muchísimas, incontables. También depende de la persona,
pero hay una cosa que todo el mundo anhela y a veces es muy tediosa de conseguir,
pero cuando lo obtienes, todo lo que has tenido que hacer por ese objetivo
merece la pena.
Quizá ya lo habéis adivinado, quizá no.
Para mí es amar y ser amado. ¿Qué hay más bonito que tener a una persona
a tu lado con la que compartir tu vida?
Una persona a la que dar lo mejor de ti mismo, una persona a la que cuidar,
a la que hacer que esta vida - a veces injusta, a veces sensacional, dura
en muchas ocasiones y radiante en otras - sea un camino inolvidable incluso
después de la muerte.
Porque recordad que si en este mundo hubiera un poco más de amor,
todo sería mucho más sencillo.

sábado, 28 de mayo de 2011

Poema

Cuando el Sol llega a su ocaso, los cuerpos inquietos de los viejos amantes se remueven en sus tumbas, y sus espectros,
con las manos entrelazadas,
caminan errantes por los lugares que fueran testigos de su amor.
Lugares donde la atmósfera está impregnada de cariño y sensualidad, y de vez en cuando, en las grises tardes otoñales, algunos han creído oír, sutilmente difuminado en el ambiente, te quiero, te quiero, te quiero...

jueves, 26 de mayo de 2011

El arte de escribir

Y escribí y no me cansé,
conté historias descabelladas,
absurdos sueños y noches de café,
y volé por encima de las nubes, y volé.

Y, ¿qué es el arte sino sueños?
y los plasmé, y los escribí,
y les di forma y voz.
Un creador de infinitos mundos,
eso es un escritor.

miércoles, 25 de mayo de 2011

SOMBRAS DE NOSTALGIA


En fin, mis pequeños y queridos lectores de este perdido rincón de la red.
Os escribo para comunicaros que me he decidido a juntar todos mis relatos
en un único volumen. Si lo deseáis podéis comprarlo o descargároslo en formato
ebook, pero sobre todo espero que no abandonéis este pequeño rinconcito que
sin vuestros comentarios no viviría.
Saludos a todos. Ninfa.

http://www.bubok.es/libros/203615/Sombras-de-nostalgia

martes, 24 de mayo de 2011

Sorpresa de octubre

Tu perfecto caminar.
Tu mirada verde y miel desbocando los latidos permanentemente
tranquilos de mi corazón.
Y llegas tú, y le das la vuelta a todo.
Y llegas tú, y mi sonrisa, antigua amiga que creía haber perdido para siempre.
Pero estás tú, y me sonríes, y me haces reír.
Y pasa el tiempo, y lo sé,
y te quiero.
Y temo perder de nuevo,
pero confío,
confío en ti, en tus palabras, en tu corazón.
Y no me vuelvo a equivocar,
y estás aquí, y no te has ido
y no te irás.

lunes, 23 de mayo de 2011

Los sueños

Yo creo en los sueños. ¿Por qué? muchos dirían que la razón es que en algo hay que creer, que si no la vida se hace triste y aburrida. Pero no, no es por eso por lo que yo creo en los sueños.
A mi parecer, los sueños son una conspiración de la vida
que hace que veas mas allá. ¿Por qué me voy a limitar? eso sería dejar
de creer en uno mismo. Porque si yo digo que voy a ser escritora,
aunque escriba muy mal, sé que puedo conseguirlo.
Porque no hay nada imposible en esta vida, recordad que da tantas vueltas que a veces cuando mirás atrás y piensas en todo lo que has vivido incluso te asustas. Por eso yo creo en los sueños, por eso, y porque aunque algunos los he visto cumplidos, sé que si quiero y pongo de mi parte, los demás también se cumplirán.
No dejéis nunca de soñar, porque entonces dejaréis de vivir.

martes, 17 de mayo de 2011

Microrrelato

Se alza ante mí gloriosa, imponente, tremendamente hermosa. Sus formas de hierro definidas, su cúspide desde la que parece que se puede ver el mundo entero, incrustada en una ciudad de ensueño que suena a canción, a deseo, a amor, a todas esas cosas bonitas que hacen que el corazón nos dé un vuelco. Una ciudad de sueños, de pasiones, de millones de historias. Una ciudad que cautiva a cualquier persona de cualquier parte del mundo, una ciudad activa, alegre, bohemia. Una ciudad de artistas, uno de los núcleos de la cultura desde hace siglos. Y el maravilloso río, y sus orillas, y las terrazas, y los libros antiguos y otros recuerdos ya olvidados apilados en los puestos que recorren la calle. Paris, je t'aime.

lunes, 16 de mayo de 2011

Diálogo


- ¿Qué prefieres, un cuento inacabado, o una historia sin empezar?
- Creo que elegiría un cuento inacabado, sería como una historia interminable. ¿Y tú, qué prefieres?
- Una historia sin empezar, sin duda.
- ¿Por qué?
- Porque si está sin empezar, la puedo empezar yo.

Microrrelato

La misma tarde grisácea en el mismo banco de siempre. Una rutina para algunos, monótona, para mí, insuperable. La marea sube y baja tranquila. El vaivén me recuerda mucho a ese poema que tanto me gusta de Machado: ''caminante no hay camino, se hace el camino al andar, caminante no hay camino, sino estelas en el mar''.
De repente, una sirena de barco, un sueño, una canción y, finalmente, tú.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Tormenta de experiencias (Microrrelato)

Miro los libros que hay frente a mí. Verdaderos amigos, compañeros de soledad y de dicha, tormentas de páginas llenas de calma y aventuras que hacen afortunada incluso al alma más desdichada. Los últimos y más valiosos recuerdos de una vida plena que no me dejó indiferente.