martes, 17 de mayo de 2011

Microrrelato

Se alza ante mí gloriosa, imponente, tremendamente hermosa. Sus formas de hierro definidas, su cúspide desde la que parece que se puede ver el mundo entero, incrustada en una ciudad de ensueño que suena a canción, a deseo, a amor, a todas esas cosas bonitas que hacen que el corazón nos dé un vuelco. Una ciudad de sueños, de pasiones, de millones de historias. Una ciudad que cautiva a cualquier persona de cualquier parte del mundo, una ciudad activa, alegre, bohemia. Una ciudad de artistas, uno de los núcleos de la cultura desde hace siglos. Y el maravilloso río, y sus orillas, y las terrazas, y los libros antiguos y otros recuerdos ya olvidados apilados en los puestos que recorren la calle. Paris, je t'aime.

1 comentario:

  1. Sabía que era París jajaja Es imposible no enamorarse de esa ciudad.

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