La realidad ha
suscitado para los filósofos de todos los tiempos un misterio que nunca ha
llegado a esclarecerse en su totalidad. La pregunta planteada nos conduce a
diversas argumentaciones y tantos puntos de vista como individuos hay en el
planeta.
Para Descartes, todo
era sujeto de duda así como el tema que nos concierne. Para él, la realidad no
era tomada como realidad, puesto que según su tesis no es posible discernir
entre el sueño y lo real. Por tanto, la tesis que se plantea es: ¿sería posible
que fuéramos una creación de un desarrollador de videojuegos al más puro estilo
de los juegos de simulación?.
En primer lugar, se
plantea la primera cuestión de esta tesis: todo conocedor del mundo de los
videojuegos y las consolas sabe que los personajes los manejamos nosotros
mismos con un mando. Pero, ¿son conscientes los personajes de que es un ente
exterior al juego, y no ellos, quien los maneja y determina todos y cada uno de
sus movimientos y acciones para llevar a cabo su objetivo?. Evidentemente no. No pueden ser conscientes porque no sienten
que sean manejados por nadie, por tanto, no pueden preguntarse si hay alguien
exterior que determine su conducta.
La segunda cuestión que
se plantea es: si es posible crear todo un mundo virtualmente, así como
objetos, vestimentas, armas, fauna, flora, etc. ¿No sería también posible que
hubiera una raza superior, por ejemplo, que hubiese desarrollado virtualmente
el planeta Tierra y toda la Galaxia, incluyendo así nuestra ‘’realidad’’ como
algo ficticio que solo existe y funciona mediante un ordenador o similares?. Es
perfectamente posible. Esto es así porque el hombre tampoco se ha preguntado
nunca, ni se ha planteado, al igual que los personajes de nuestros títulos
favoritos, que sea posible que esto ocurriese. Asimismo, si se pudiera
desarrollar la ‘’realidad virtual’’, títulos en los que el jugador pudiese
hacer una inmersión corporal y mental completa dentro de un videojuego, ¿no
percibiría lo mismo que percibimos nosotros en nuestra vida diaria?. Si estuviera
avanzada esta técnica, la de la realidad virtual, se podrían crear sensaciones
como las ráfagas de aire azotándonos, el frío o el calor, por poner un ejemplo.
Por tanto, si esa inmersión completa se realizara en un sujeto que no es
conocedor de que está siendo introducido en un mundo completamente virtual que
teóricamente no existe, ni se le pasaría por la cabeza que el sitio donde él se
encuentra es el resultado de la idea que ha tenido un desarrollador de
videojuegos y que se ha llevado a cabo utilizándole como experimento.
La tercera cuestión es:
¿realmente podemos decir que lo creado virtualmente no existe, que es ficticio?.
Esta afirmación sería contradictoria, puesto que algo que se ha creado es algo
que ya existe. En el momento en que algo se lleva a cabo y se finaliza, ya
forma parte de lo que nosotros llamamos ‘’realidad’’. Por ejemplo, utilizaremos
un título de la industria del videojuego muy aclamado en los últimos dos años:
‘’The Elder Scrolls V: Skyrim’’, un título de rol de acción de un mundo abierto
desarrollado por Bethesda Game Studios. El mundo abierto en el que se
desarrolla la acción-simulación, totalmente abierta y aleatoria, es Skyrim.
Skyrim es un mundo en el que incluso podemos ver en nuestra pantalla de
televisor cómo por la noche aparece una aurora boreal casi idéntica a la de
nuestro planeta, podemos interactuar con diferentes personajes ajenos a
nosotros, a los que se conocen como NPC (Non player character) que significa
literalmente ‘’personaje no jugador’’ y son individuos desarrollados por la
compañía para poblar el mundo que han creado pero no están controlados por
otros jugadores, sino por el sistema. Los personajes que viven en Skyrim,
tenderos, herreros, perfumistas, costureros… ¿son conscientes de que según el
pensamiento actual ‘’no existen’’?. Por supuesto que no. De hecho, al
anochecer, podemos verles volviendo a sus respectivas casas con sus familias, tal
y como ocurre en nuestro ‘’mundo real’’ al final de una jornada. De estas
argumentaciones, deducimos que lo que tomamos por ficticio no es ficticio, puesto
que no se pude discernir entre ficticio y real si no conocemos que algo es
ficticio de antemano.
Por tanto, llegados a
este punto, solo queda preguntarnos directamente a nosotros mismos: ¿cabe la
posibilidad de que esté viviendo dentro de un videojuego y mis pensamientos,
sentimientos y objetivos solo sean una parte de la creatividad de una persona
que me ha creado para que otros me manejen por pura diversión?. Rotundamente
sí. Y para refutar la tesis, he de
añadir un curioso hecho que nos ha pasado a muchos de nosotros. A veces, cuando
pasamos por delante de un sitio o tenemos cierta conversación con otra persona,
¿no nos da la sensación de que ya hemos vivido esto en otro momento?. Si nos
pusiéramos a pensar sobre ello, los gamers o aficionados al videojuego,
podríamos compararlo con lo que ocurre con los llamados ‘bugs’. Si buscamos la
definición de bug, nos aparece la siguiente explicación: ‘’Un bug es un error o
un defecto en el software o hardware que hace que un programa funcione
incorrectamente’’. Por tanto, nos hacemos la siguiente pregunta: ¿no sería
posible que los llamados dèja-vu sean ‘’bugs’’ o errores, de un sistema que nos
controla o, como cabe preguntarse en esta tesis, de un videojuego?.