LECCIONES

Hoy, he leído en el periódico un artículo acerca de la matanza perpetrada por un soldado de Estados Unidos contra civiles afganos. Teóricamente, este soldado, presa de una crisis nerviosa, salió del cuartel en mitad de la noche y recorrió varias viviendas afganas abatiendo a tiros a sus propietarios. No entiendo cómo es posible que sucedan estas cosas, de hecho, hace tiempo que no entiendo qué hacen ahí los soldados estadounidenses. En primer lugar, la situación de los soldados de estar en un país con tantos problemas, es en cierto modo ‘’un trauma’’ del cual muchos vuelven con problemas a sus países, en este caso Estados Unidos. Pero, por otro lado, se supone que estos soldados que van a países tan conflictivos deben tener la suficiente ‘’sangre fría’’ como para mantener la calma y que no sucedan estas cosas.

El ser humano no es perfecto, pero en situaciones tan delicadas como esta, debería tenerse todo bajo estricto control. Los civiles afganos no tienen la culpa de los problemas de su país, los niños que también recibieron disparos la pasada noche, no son terroristas ni delincuentes.

No se puede pedir la paz mundial, si el país mismo está produciendo justo lo contrario. No se puede juzgar contra alguien (una persona, un país…) si la misma persona, o el país está haciendo lo mismo.

El otro día vi un documental sobre Yemen y la situación que se lleva viviendo allí un tiempo. Entrevistaron a un padre de familia, que su pueblo había sido totalmente arrasado por la aviación estadounidense porque había indicios de que allí había terroristas. Su mujer había fallecido en el ataque y su hija de unos cuatro años había resultado herida, pero estaba viva. Una niña pequeña, que su padre, mirando a la cámara con lágrimas en los ojos preguntaba si ella también era una terrorista.

Por eso, creo que deberíamos mirar más lo que hacemos nosotros mismos, para después dar lecciones al resto del mundo.