Mira hacia el mar, espumoso y brillante,
No puedo escapar a su mirada azul,
Me persigue como si de mi nombre se tratase,
Cuando escapo de la mirada de la gente.
Quiero recoger las nubes,
Sentarme en una de ellas y viajar por el mundo,
Ver la tristeza y el dolor, la felicidad y la dicha que
asolan el planeta,
Quiero ver sonrisas, llenas de matices,
Quiero llorar con una puesta de Sol.
Necesito ver tus labios,
Tocarlos, rozarlos con las yemas de mis dedos,
Necesito que me abraces,
Como si no hubiera un mañana,
quizá no lo habrá.
Pienso en ti y en mí,
No puedo pensar en nada más,
La eterna canción se repite,
¿sí, no? ¿no, sí?
Me iría hasta el fin del mundo, sólo, si es contigo.
Y en las tardes primaverales,
Con el Sol tocando nuestros rostros,
Te lo diré suavemente al oído, para que solo tú lo escuches,
para que solo tú lo puedas oír.
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