jueves, 12 de agosto de 2010

Artículo de opinión: El maltrato animal

CUANDO EL HOMBRE NO ES EL MEJOR AMIGO DEL PERRO

Hace apenas dos días se hacía público el estremecedor caso de un hombre de 56 años que intentaba enterrar vivo a su perro en el jardín. El suceso tenía lugar en una urbanización

de la localidad madrileña de Cercedilla.

Un vecino, que alarmado por la terrible escena, llamó a la policía. Ésta acudió en pocos minutos y liberó al animal, que fue trasladado a un hospital con claros signos de asfixia.

El agresor, fue detenido, manifestando a los agentes que el animal era de su propiedad y tenía derecho a hacer lo que quisiera con él.

El detenido, cuenta con una detención anterior por malos tratos en el ámbito familiar y otras dos por robos con fuerza.

Es totalmente denigrante que en pleno siglo XXI sigamos conociendo casos de maltrato animal.

¿Cuál ha sido la culpa del pobre perro? ¿qué acción tan terrible ha podido cometer para desatar en su dueño las vías perversas y escabrosas de la raza humana?

Seguramente el pobre animal no haya hecho nada, o a lo sumo, una pequeña travesura.

Quizá el motivo sea que su dueño ha sacado a pasear el asesino innato que dicen que cada miembro de la raza humana llevamos en nuestro interior.

Una sanción monetaria bastará a la sociedad para lavar sus culpas. ¿Qué castigo hubiese tenido el animal si él hubiese matado al dueño?.

Evidentemente no una sanción monetaria, sino la pérdida de su vida.

Todo lo anteriormente descrito nos demuestra que hasta para ser perro hay que tener suerte en encontrar un buen dueño, que al fin y al cabo también debe ser un mejor amigo, procurando satisfacer sus necesidades a cambio del afecto, cariño y compañía que nos demuestran estos animales.